La manipulación de competiciones deportivas es un esfuerzo deliberado por influir en elementos de una competición deportiva o en su resultado, normalmente con fines lucrativos.
La manipulación de competiciones deportivas suele producirse cuando un jugador, un entrenador u otra persona se ve comprometido por la influencia de otra parte. La influencia puede adoptar la forma de sobornos económicos y amenazas y, a menudo, su objetivo es explotar las vulnerabilidades del deportista.
La razón más común para amañar partidos es lograr un beneficio económico para lo que en muchas ocasiones se utilizan los mercados de apuestas deportivas.
Sin perjuicio de las responsabilidades disciplinarias deportivas y/o administrativas que de estas conductas se puedan derivar, la manipulación de competiciones deportivas puede llegar a tener hasta relevancia penal.